El administrador de la Real Hacienda en 1799
Juan Joseph Zavalza (sic) ocupaba el cargo por tener Burgui aduana con Aragón
En 1799 el impresor Pedro Pereyra, a cargo de la Imprenta de Cámara del rey Carlos IV, publicó la obra Estado General de la Real Hacienda correspondiente a aquel año. En la relación detallada de los administradores, recogida por localidades, por la villa de Burgui figuraba como responsable del cargo Juan Joseph Zavalza (sic).
Por entonces el antiguo reino de Navarra mantenía aduanas con Francia, Castilla y Aragón, de modo que en el valle de Roncal ocupaban puestos análogos Valero Garcés (Isaba) y Juan Vicente Martín (Uztárroz), dado que el puesto de Garde se encontraba vacante. Ejercía el cargo de sobrecogedor (recaudador) Joseph Tapia -apellido frecuente en Isaba-, quien coordinaba las catorce localidades merindanas donde había administradores: Sangüesa, Burguete, Isaba, Ochagavía, Uztárroz, Lumbier, Garde, Orbaiceta, Cáseda, Yesa, Eugui, Burgui e Izalzu.
Lo más probable es que el puesto aduanero de Burgui estuviese establecido en la margen izquierda del Esca, junto al puente medieval, para controlar el tránsito de mercancías tanto por el Camino Real desde Salvatierra como las que quisieran salvar el cauce del río.
Estructura hacendística
La obra de Pereyra detalla, a lo largo de 280 páginas, toda la estructura hacendística de la Corona de España y de las Indias, para la que trabajaba una nómina muy amplia de funcionarios ya que toda la contabilidad se realizaba a mano, con pliegos, cálamo y tinta. Mantenía a a su cargo un total de 62 departamentos, algunos de los cuales resultan hoy curiosos como los relativos a las Rentas de Naypes (sic) en el que las barajas de cartas pagaban impuestos, la del Papel Sellado y Bulas o el Azogue -mercurio- y sus compuestos, material necesario para separar la plata en los procesos de minería.
Por supuesto que Tabaco, Pólvora, Azufre y Plomo tenían sus respectivos órganos fiscalizadores. Había casas de moneda -cecas para acuñar- en Madrid, Sevilla y Segovia y, por supuesto, eran esenciales departamentos como el Tribunal de la Contaduría Mayor, la Tesorería Mayor de Su Majestad, la Renovación de Vales Reales, los Empréstitos y la Caja de Amortización, dado que ya por entonces la Hacienda estaba aquejada de un déficit tan crónico como galopante.
Ocupaba la Secretaria de Estado el mallorquín Miguel Cayetano Soler pero las directrices políticas las marcaba el favorito de los reyes Manuel Godoy, duque de Alcudia conocido como Príncipe de la Paz tras haber concluido con la Francia revolucionaria el Tratado de Basilea, que dio fin a la Guerra contra la Convención (1793-95) en la que los roncaleses combatieron agrupados en Milicia Provincial a las órdenes de Pedro Vicente Gambra, destacado empresario almadiero y “capitán a guerra” por ser alcalde de la villa de Roncal.
Colaboración de Germán Ulzurrun Zabalza