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Caja Rural Católica de Burgui, Sociedad La Burguiesa y Cooperativa de Consumo de Burgui

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Abr
11

Cooperativa de Consumo de Burgui en la plaza del pueblo

El nacimiento del cooperativismo

     “El hombre está hecho de carne y alma, y a ambas partes hay que atender al mismo tiempo”. Esta frase, pronunciada desde un púlpito hace más de un siglo, salió de la boca del sacerdote navarro Victoriano Flamarique, de familia campesina y con una vida comprometida a atender las almas y a defender de forma práctica a los más desfavorecidos en base a un profundo sentido de la justicia social. Predicó con el ejemplo para incomodidad de los más pudientes de aquel Olite de principios del siglo XX. Le acusaron de socialista por denunciar la usura y la explotación, pero de su lado tuvo un buen aliado: el propio obispo Fray José López de Mendoza. La doctrina social de la Iglesia estaba para defenderla y junto con otro sacerdote, Antonino Yoldi, extendieron la obra católico-social entre el campesinado navarro.

     Fue así como empezó el origen de la creación, durante los primeros años del siglo XX, de organizaciones agrarias confesionales, en concreto Cajas Rurales Católicas. Las bases esenciales de una Caja Rural eran la defensa y amejoramiento de los intereses de sus asociados por medio del crédito; se circunscribían a un único municipio; sus cargos debían ser gratuitos, con excepción del cajero; todos los socios eran responsables solidaria e ilimitadamente; los préstamos solo se hacían a sus asociados y los beneficios de la Caja no podían repartirse entre los socios. Estas ideas básicas figuraban en los estatutos de las Cajas, cuyo modelo se elaboró para facilitar la creación de cajas rurales en todos los pueblos.

     Su desarrollo en Navarra fue fulgurante a partir del año 1906. En 1910 la creación de Cajas Rurales había superado ya la mitad de los municipios navarros y en la merindad de Sangüesa estaban implantadas en el 61% de sus municipios. Fueron surgiendo, de la mano de muchos otros párrocos, cooperativas y cajas rurales en muchas localidades de Navarra que, bajo el lema “Unos por otros y Dios por todos” dieron al traste con los abusos que venían padeciendo siempre los agricultores.

Sello Caja Rural Católica de Burgui

Caja Rural Católica de Burgui

     Burgui, como otros pueblos del valle, también vivió esta revolución agraria gracias a la fundación en esta localidad de una Caja Rural Católica. En un documento a modo de recibo fechado en Burgui el 28 de diciembre de 1915 y sellado por la Caja Rural Católica de Burgui se da cuenta del siguiente apercibimiento haciendo referencia ya al año de 1912:

     «Habiendo de dar sus cuentas anuales esta Caja Rural de Burgui tiene el honor esta Junta de comunicarle tenga la bondad de hacer entrega al cajero de la misma de la cantidad que adeuda que por los conceptos que se especifican es la siguiente: por 40 kilos de nitrato llevados en 1912, capital e intereses 17,87 pesetas. Dios guarde a usted muchos años«, figurando el recibí con la firma de B. Zabalza.

Cartilla de Sociedad La Burguiesa a favor del socio Paulino Ara

Sociedad La Burguiesa

     Comprobamos que en el año 1942 existía ya la Sociedad La Burguiesa a través de una libreta expedida a favor del socio Paulino Ara. También en el Anuario General de España del año 1950 figuraba la Sociedad La Burguiesa como titular de un negocio de comestibles y como «sociedad» existía todavía  la Caja Rural. Sin embargo en la Guía de Navarra de Julián Rubio López de los años 1952-1953 aparece únicamente la Cooperativa como titular de tienda de comestibles  y como sociedad agrícola. Es de suponer que con el paso del tiempo  la propia entidad de la Caja Rural Católica habría desaparecido, cogiendo su testigo la Sociedad «La Burguiesa», encargada de la gestión de la Cooperativa de Consumo de Burgui. Dicha sociedad se regía por una Junta general -con sus cargos de presidente, secretario y tesorero- y contrataban con periodicidad anual a un vecino del pueblo como «cooperativero» para desempeñar las tareas de gestión, venta y atención al público en la propia tienda.

     Esta tienda de la cooperativa estuvo ubicada inicialmente en un pequeño edificio junto a casa Onromán y  que años más tarde ocupó el bar La Bikoka (regentado inicialmente por Eulogio Laspidea y posteriormente por Juan Urzainqui). Algunos de los vecinos que estuvieron al frente de la tienda de la cooperativa en este primer emplazamiento fueron José Fayanás, Angel Esparza, Jorge Glaría, Florencia Elizalde, Fermín Fuertes y Gracián Glaría.

     Otras tiendas o comercios que cohabitaron simultáneamente con la Cooperativa a lo largo de estos años fueron los de casa Avizanda, casa Torrea y casa Gardar, así como la tienda y bar de Simeón Lampérez, la panadería de Rumbo y, más tarde, la tienda de Paulino Ara.

Cartilla de la cooperativa

     Hacia los años 50, la sociedad adquirió casa Navarro, en la plaza del pueblo (actual edificio del Hostal rural El Almadiero), para trasladar ahí la tienda y almacén de la Cooperativa. Dicha casa era de los descendientes de Nicolás García Oset y Juana Zabalza, si bien vivían de alquiler Justo Alastuey Mainz y Francisca López Orduna. Cuando estos la desocuparon la casa se quedó deshabitada y fue adquirida por la sociedad La Burguiesa para albergar ahí la cooperativa. En esta época otras tiendas de comestibles eran las de Félix Avizanda, Eulogio Laspidea y María Elizalde.

     Al frente de la tienda en esta nueva ubicación estuvieron Leonila Recari, Nati Glaría, Ana Mari Zabalza y Charo Laspidea. Los socios de la Cooperativa disponían de unas cartillas o libretas donde se iban anotando los diferentes productos adquiridos junto con su importe, de tal forma que los socios iban saldando las deudas conforme la disponibilidad de cada uno. Para el resto de vecinos que no eran socios las ventas se realizaban generalmente al contado con el pago efectivo en el mostrador.

     La Cooperativa se mantuvo en servicio hasta aproximadamente los años 80, en los que ya apenas se vendía nada debido a una mayor falta de población, a que la mayor parte del género se había quedado obsoleto y a la remodelación de la tienda Ara ya existente que vendía también a los vecinos. Tras muchas dificultades para la venta del edificio y la liquidación del negocio, se saldaron las deudas existentes por la sociedad y, con el escaso dinero sobrante, se colocaron dos hermosas fuentes de piedra en ambas plazas del pueblo y se pintó el cementerio.

Cooperativa de Consumo de Burgui

La cooperativa de Burgui en 1951

     Un inventario de la Cooperativa de Burgui  del año 1951 realizado por Fermín Fuertes refleja con detalle la situación económica a esa fecha identificando los importes de las libretas de crédito y el valor de los géneros o mercancías.

     El total del valor de las mercancías suponía 103.186,10 pesetas y el de las libretas de crédito 18.589,50, lo cual hacía un inventario total de 121.775,60 pesetas.

     En dicha fecha de 1951 las libretas de crédito figuraban abiertas a nombre de los siguientes socios como cabezas de familia de Burgui: Simón Urrutia, Gil Urzainqui, Balbino Urzainqui, Florencio Zabalza, Jerónimo Urzainqui, Hilarión Petroch, Isidro Sanz, Pilar Sanz, Antonia Pérez, Isidro Pérez, Florencio Lacasta, Mauricio Sanz, Eusebio Tolosana, Vicente Larrea, Lorenzo Salvador, Gil Sanz, Lorenzo Fuertes, Francisco Aznárez, Félix Alastuey, Andresa Fuertes, Esteban Erlanz, Jesús Glaría, Tomás Glaría, Aurelio Glaría, Ursula García, Eusebio Lacasta, Gabriel Urzainqui, Carlos Zabalza, Francisco Fuertes, Baldomero Gárate, María Elizalde, Angel Glaría, Sebastián Fayanás, Ignacio Erlanz, Santiago Elizalde, Vicenta Larequi, Ramón Glaría, Martín Sanz, Eulogio Lapetra, Antonio Salvador, Pedro Lapetra, Jesús Lapetra, Braulio Recari, José María Recari, Pascual Sanz, Valentín Lacasta, Pablo Laspidea, Andresa Lamperez Uztarroz , Antonio Aizcorbe, Rafael Calvo, Quintín Ayerra, Felipa Mainz, Victor Mainz, Andresa Lamperez Bronte y Juan Alastuey.

     El inventario del género, detallado por unidades, precio unitario y total, es un reflejo fiel de las necesidades de artículos relacionadas con actividades agrícolas y ganaderas, menaje del hogar, vestimenta, alimentación, limpieza y aseo, entre otros.

     Por su relevante valor informativo de la época, se enumeran a continuación los principales géneros comercializados por la Cooperativa y de los que figuraba inventario en dicho año de 1951:

Extracto del inventario de la Cooperativa de Burgui en 1951

Utiles para labores agrícolas, ganaderas y otras tareas:

Horcas de madera y de hierro, palas de hierro, rastrillos y palas de madera, horcas de madera 2 pugas (púas), azadas, cuñas, mazas, mangos dalla o guadaña, cubre bastes, esteras (tejido grueso de esparto), mangos azada, hoces, piedras marcar, leznas, abrazadoras guadaña, manguillos, pestillos, pasadores ventana, algüazas, cerrojos, cerrajas, manilleras, limas, alicates, llaves inglesas, azadas, tenazas, capachas, ramales, cuerdas cincha, látigos, pozales, zoquetas, martillos, piedras dalla güadaña, talegas, sogas, juñideras, tiraderas, ganchos, clavos, tornillos, grapas, tachuelas, brochas, botes pintura, candados, cadenas, hachas, espulverizadores, barras grasa de carro, tubos estaño, correas, cinchas, corchos, pesos, botes arseniato (herbicida), fajos esparto, mazos cáñamo, cajas «Argentol» (aceite lubricante), pliegos lija, barzones.

Productos de higiene y limpieza:

Trozos y barras de jabón, maquinillas de afeitar, tubos «Tamisol» y «La Toja», jabón de afeitar, sobres fijador de pelo, tubos crema cutánea, tubos «Profiden», El Torero», «Perladen», jaboncillos, esponjas, chupetes, palillos, papeletas champú,  lendreras, colonia «Luqui», «Elefante», «Galatea» y «Vieja Labanda», frascos masaje, brillantina, rollos papel higiénico, polvos Lagarto, estropajos, cepillos para pelo,  hojas de afeitar, cepillos, azulete, frascos «Cruz Verde», cajas vaselina, cepillos de dientes, botellas agua oxigenada, algodón, Nivea, frascos insecticida, botellas lejía, vendas serpentinas, pastillas y botes de cera, cajas polvos, cajas coloretes, polveras, jaboneras, matarratas, cintas matamoscas, frascos «Zotal», bolas polilla, crema zapato, frascos ronquina, tintes «Temis», papeletas «Nogat» (raticida), frascos «Nettosol» (quitamanchas), tubos aceite inglés (antiparásitos), pastillas almidón, bolas y papeletas azulete (blanquear ropa), bigudis (tipo rulos), cajas y tubos «Servus» (abrillantador de zapatos), bolas Maravillosas (antiparásitos), tubos «Cuchol» (insecticida).

Antiguos productos de desinfección

Alimentación y bebidas:

Latas de sardina, sardinas rancias, latas de anchoa, latas de melocotón,  mazapanillos, pastillas chocolate, cacao, barras turrón, botes tomate, chocolatines, papeletas pimiento, azafrán y canela, especias anís, guirlaches, paquetes  galletas «María», surtido y vainilla; botellas sidra, nueces, cacahuetes, esparceta, sal en bola, pala para la sal, capaza, sal, bacalao, caramelos, peladillas, piñones, simiente alfalfa, castañas,  orejones, ciruelas, higos, carne membrillo, rosquillas, bicarbonato, pasta cristal, liza, fideo, mecha, pimentón, vino tinto, anís, aguardiente, vermohut, vinagre, botes de pimiento, botellas agua Carabaña, botellas vino Quina, botes achicoria El Arbol, paquetes malta Muller, pastillas fideo, latas de atún, botes de leche, latas de almejas, calamares, guisantes, espárragos, bacalao, botes sal fina, botes achicoria, latas tomate, oliva,  mermeladas, botellas anís Cadenas, frascos de Ceregumil, botellas de Ojen, sidra, coñac Veterano, papeletas tomate, horcas de ajo, cabezas de ajo, «Armisen» (gaseosas refrescantes), latas calamares, papeletas simiente, gaseosas, bicarbonato, puros dulces, botes «Tapioca».

Productos antiguos de alimentación

Ropa de hogar, vestimenta y calzado:

Sábanas, zapatillas, zapatos, alpargatas, sandalias niño, zapatos goma, chanclas goma, albarqueras, playeros, zapato de bebé, zapato inglés, bufanda, camisas, faja niño y señorita, delantales, paños cocina, pañuelos, sostenes de mamás, bragas, escarpidores, medias, cazadoras, pantalones, bombachos, calcetines, pares albarcas goma, camisas niño, calzoncillos, camisetas, boinas, mantillas, sombreros, «tohallas» felpa, paraguas, bolsos, morrales, tabardos.

Menaje y utensilios del hogar:

Pozales, bañera, porrones, porrones de hojalata, lecheras, mondongueras, «horinales», tazones, regadores, porrones de cristal, tarteras, pucheros, cacerolas porcelana, terreras, barreños, soperos, platos, jarras, bacinillas de cuna, sartenes, lamparillas, lecheras, cazos,  cacerolas, fiambreras, espumadoras, coladores, cuchillos, vasos, escobas de brezo y de palma, navajas, envasadores, bombillas, pilas eléctricas, termo, termómetros, espejos, fuelles, perchas, portalámparas, velas, pinzas para ropa, carteras bici, petacas, peras (interruptor), enchufes, pelotas, frascos barniz, ganchos puerta, libretas, carpetas papel, postales, papeles aparador, cartas «Avión», plumas , tinteros, pliegos papel de barba.

Diversos productos de la época

Tareas de costura:

Madejas de hilvanar, medias, cordones zapato, rollos de plomo, calzadores, carretes de hilo, bobinas, madejas bordar, cremalleras, cuerdas de guitarra, madejas Ancora, estrellas hilo, dalias, tijeras, alfileteros, botones, madejas algodón y lana, puntillas, cintas, trencilla, cordones, trencilla goma y piquillo, juegos agujas, dedales, alfileres, hebillas, ovillos zurcir, ovillos liza, canutillos, remaches, mazos trencilla.

 

Desde el colectivo La Kukula agradecemos a todas aquellas personas que nos han compartido sus testimonios y recuerdos así como documentos y fotografías para poder elaborar este reportaje.