Primeras obras de abastecimiento de agua a Burgui

Publicado Publicado por La Kukula en HISTORIA     Comentarios Escribe un comentario
Mar
21

Actualmente es difícil imaginar que en nuestras casas no hubiera agua corriente para el consumo, el lavado de ropa o la higiene personal, pero no hace tantos años que nuestros antepasados debían acudir a por agua a la fuente del Batán, al río Esca o al barranco de Txares para poder satisfacer estas necesidades básicas en sus viviendas. El agua era transportada en radas o herradas, la mayor parte de las veces portadas sobre las cabezas de las mujeres. Tan solo se libraban de este trabajo diario las cuatro casas que disponían de un pozo en propiedad: Ganare, Gambra, Laspidea y Txinko, este último procedente de agua de lluvia.

Fechada en Pamplona un 20 de agosto de 1943, Pascual Arellano, Ingeniero de Caminos, redactó una memoria planteando el abastecimiento de agua para el pueblo de Burgui. Ante el habitual consumo de agua procedente del propio río, indicaba que «las aguas del río Esca bajan turbias durante mucha parte del año, tienen desagradable aspecto, mal sabor y un posible riesgo sobre todo en estiaje de hallarse contaminadas. Su temperatura varía con la del ambiente, siendo ello un grave inconveniente en los días cálidos«. Además de lo expuesto, argumenta que en caso de recurrir a estas aguas para abastecer al pueblo «sería preciso depurarlas y elevarlas a unos cuarenta metros para poder abastecer la parte alta del pueblo».

Los citados inconvenientes obligaron por lo tanto a pensar en otra solución que «aunque costosa, es la que siempre reúne más ventajas». Indica Pascual que «la existencia de dos manantiales a unos tres y medio kilómetros del pueblo que permiten un abastecimiento en inmejorables condiciones higiénicas nos ha decidido a proyectar la utilización de sus aguas por conducción forzada». Añade que «las aguas bajo el punto de vista de pureza son excelentes, a la vista del certificado de análisis, estando situados los manantiales en terreno comunal. en los sitios denominados Miscala y Aguyo».

Depósito de captación de aguas construido en el manantial de Miscala

Ambos manantiales se localizan próximos a la carretera en dirección al puerto de Las Coronas y desembocan en el de Txares. Actualmente el abastecimiento se realiza solo desde el barranco de Miscala, el otro debió destruirse tras una riada. Los aforos calculados para un mes de octubre de la época eran de 0,555 litros por segundo para el manantial de Miscala y de 0,310 para el de Aguyo. La tubería proyectada para la conducción hasta el depósito regulador fue de fundición de 50 milímetros de diámetro y se calculó un consumo de caudal máximo diario de 66,605 metros cúbicos para una población de 770 habitantes, lo que nos da el dato del número de vecinos existentes en Burgui en ese año.

Un depósito regulador recibía las aguas de la conducción, con dos departamentos diferenciados y una capacidad total de 216 metros cúbicos. Se proyectó con una cubierta de hormigón en masa con objeto de «acatar de este modo las disposiciones vigentes sobre la restricción del empleo de hierro«. Es de suponer que por la Segunda Guerra Mundial y el aislamiento sometido al país, el escaso hierro disponible iría destinado a otros usos regulados por normativa.

Imagen actual del exterior del depósito de aguas construido en 1952

Se ubicó bajo el trazado de la carretera, muy próximo a la ermita de la Virgen del Castillo, y sus restos, ya sin uso actual, aun pueden contemplarse a día de hoy. Sobre la puerta de este depósito figura la fecha de 1952, que entendemos se trata de la fecha de finalización de los trabajos.

Imagen actual del interior del depósito de aguas construido en 1952

En esta memoria de 1943 se incluía la colocación en la red de 24 hidrantes o tomas de agua diseñadas para proporcionar un caudal considerable en caso de incendio. En cuanto a su emplazamiento se indicó «que no los separa una distancia constante porque la urbanización de estos pueblos aconseja dentro de la economía, la elección de puntos adecuados para su ubicación».

Se fijaron asimismo diferentes llaves de paso «necesarias para la localización de averías y la no interrupción del servicio más que en corto espacio de la red«. El presupuesto de ejecución material del abastecimiento ascendía a 213.231,86 pesetas (incluía arquetas, zanja, tubería de conducción, depósito de carga, tubería de distribución y registros para acometidas a las casas) y el presupuesto de contrata a 247.348,96 pesetas.

En el anejo a la memoria se suponía una subvención del Estado para la realización de estas obras de 150.000 pesetas, por lo que «el capital que habrá que amortizar es de 97.348,96 pesetas». Planteando una amortización en 25 años con un interés del 4%, «proponemos la tarifa de 0,65 pesetas al consumo del metro cúbico durante los 25 primeros años y la de 0,25 pesetas para años sucesivos». Curiosamente, el consumo de litros por habitante y día se repartía en bebida (2 litros), preparación de alimentos (3), aseo personal diario (20), limpieza de casa y vajilla (12), lavado de ropa (13) y uso de water (10), dando un total de 60 litros al día.

Y si se abastecía de agua a las casas de Burgui… consideraron «de absoluta necesidad el redactar también un proyecto de saneamiento que recoge las aguas negras y las pluviales en la misma tubería». Y es que en aquella época no existían baños en las viviendas por lo que las aguas fecales se lanzaban muchas veces al grito de «¡Agua vaaa!» y para la mayores existían diferentes soluciones en cada casa o zonas del pueblo comunes a las que se acudía.

Se proyectó una tubería de hormigón, diferentes registros y sumideros, así como un pozo séptico calculado «para que las aguas negras en estiaje permanezcan en él durante diez y seis horas», entendiendo que después «por el aliviadero evacuará directamente al río Esca«. Esta poza séptica se construyó a la salida del pueblo en dirección a Salvatierra de Esca, en un pequeño huerto que hasta entonces era de casa Moreno.

El presupuesto de ejecución material del saneamiento y alcantarillado ascendía a 81.087,36 pesetas (incluía alcantarillado, 15 arquetas de registro, 20 sumideros y un pozo séptico) y el presupuesto de contrata a 94.061,34 pesetas.

Borda y barranco de Miscala, lugar desde donde se realizó la captación de aguas

Sin embargo, ambos proyectos no se realizaron en el corto plazo porque 3 años después, con fecha 24 de agosto de 1946 y firmado en Zaragoza, el ingeniero Francisco Fernández presenta la justificación y descripción del «Proyecto de replanteo de abastecimiento de aguas de Burgui». En su memoria se trata de redactar de nuevo el proyecto anterior presentado por el Ayuntamiento de Burgui según lo dispuesto en Orden Ministerial de 1944 en base a la cual se solicitaba reducir el depósito a la capacidad subvencionable, justificar los precios asignados a las unidades de obra, desglosar las obras subvencionables y calcular las tarifas de consumo al vecindario teniendo en cuenta las normas dadas por el Reglamento vigente.

Respecto a la primera de las prescripciones impuestas se acuerda «reducir la capacidad del depósito regulador a 88 metros cúbicos«. Si bien en el proyecto de 1943 se planteaba un depósito con una capacidad total de 216 metros cúbicos, nuevos cálculos daban un consumo normal diario de 84,70 metros cúbicos con una pequeña reserva para caso de incendios, razón por la cual el depósito estaba sobredimensionado y por lo tanto no era subvencionable en la capacidad inicial establecida. El depósito fue proyectado de planta cuadrada de 620 metros de lado dividido en dos compartimentos y con una altura de 2,65 metros de lámina de agua y cubierto por una losa de hormigón armado con nervios centrales. Una cámara de llaves aneja «alojará todas las llaves de aducción, alimentación de la distribución y desagüe, y permite el acceso y ventilación de los depósito, con el debido aislamiento del exterior».

En cuanto a la justificación de los precios, resulta muy interesante el detallado desglose realizado por el ingeniero en cuanto a días de trabajo efectivos, jornal diario, gratificaciones (de Navidad y del 18 de julio), seguros sociales (accidentes, seguro de vejez, subsidio familiar, cuota sindical y seguro de enfermedad), plus de cargas familiares, montepío y otros. Continúa la justificación con el cálculo del jornal por hora trabajada según clases de obreros (capataz, entibador, barrenero, oficial, ayudante y peón) y diversas partidas como tonelada de cemento en fábrica y a pie de obra (calculando el transporte por ferrocarril hasta la estación de Liédena y después por carretera), excavación, relleno de zanjas, grava, arena, hierro, piedra y tubería de fibrocemento, entre otras muchas.

Con la base de todos estos precios, «calculados en la forma reglamentaria, asciende el presupuesto a 326.608,68 pesetas por el sistema de administración y a 371.437,29 pesetas por el de contrata«, lejos por lo tanto de las 247.348 pesetas proyectadas tres años antes, y a pesar de haber reducido la capacidad del depósito regulador de 216 a 88 metros cúbicos.

Finalmente, en cuanto a las tarifas de consumo a aplicar a los vecinos, se establecía que «el Ayuntamiento de Burgui ha renunciado expresamente a la aplicación de tarifas por el suministro de agua a domicilio«, lo cual se presentó al menos sobre el papel como un servicio sin cargo al vecindario.

Las obras de ejecución del proyecto de abastecimiento de agua debieron finalizarse en el año 1952 y fueron adjudicadas al contratista Bautista Martínez Urbiola, casado con Fermina López Andreu, vecino de Burguete. Bautista, junto con sus hijos César, Andrés y Victorino, así como con los hijastros de este último, Angel y Luis Garrido Lapuente, se desplazaron a vivir a Burgui durante el periodo de ejecución de las obras, residiendo temporalmente en casa Labari. Curiosamente, César Martínez López, uno de los hijos de Bautista, acabó casándose en Burgui con Mari Carmen Recari, de casa Txinko, entonces maestra del pueblo junto con Pascuala Abad.

Derecha, Bautista Martínez Urbiola, contratista de las obras de abastecimiento. Izquierda, su hijo César, que participó en las obras y que se casó con Mari Carmen Recari, de casa Txinko.

El Ayuntamiento de Burgui debió financiar la parte no subvencionada de la obra mediante venta de abetos procedentes del abetar de Basari. Las tuberías de conducción se trasladaron en camión desde la calle Jarauta de Pamplona en un camión de gasógeno de casa Ramón que conducía Cleto Esparza Lacasia, de casa León. Aunque sobre la puerta del depósito figura su año de construcción en 1952, la inauguración de los trabajos tuvo lugar a comienzos del mes de abril de 1953 siendo alcalde y también maestro Julián Maldonado, natural de Navascués, y con tal motivo se organizaron tres días de fiestas.

El Diario de Navarra del 7 de abril del año 1953 recogía esta completa crónica titulada «Bendición e inauguración de las obras de traída de aguas en Burgui»:

«El pueblo roncalés de Burgui celebró con la alegría natural propia del acontecimiento el cumplimiento de una antigua aspiración con la bendición e inauguración de las obras que habrán de llevar a todos los hogares el agua, aspiración satisfecha sobre todo gracias al esfuerzo y colaboración que con todo entusiasmo ha aportado el vecindario.

Ya de víspera comenzó a desbordarse la alegría, con música y cohetes. En el campo de Zabalea se jugó un partido de fútbol entre el «Roncal F.C.» y el equipo local «C.A. Burgui», siendo este último el que se adjudicó la copa donada por el Ayuntamiento, que le fue entregada personalmente por el Alcalde D. Julián Maldonado. (Nota: era también maestro del pueblo)

Para el acto solemne de la bendición acudieron a Burgui el Gobernador Civil Sr. Valero (Nota: Luis Valero Bermejo), el Diputado Foral don Amadeo Marco (Nota: Amadeo Marco Ilincheta, natural de Navascués), que fueron recibidos entre los aplausos del vecindario, mientras en el aire sonaba el estampido de los cohetes. Se hallaban también presentes el ingeniero director del proyecto D. José Erice y su ayudante D. Nicolás Olaverri, así como el contratista de las obras D. Bautista Martínez, el alcalde de Burgui D. Julián Maldonado, el Secretario municipal D. José Villanueva, el jefe de la guardia civil allí destacada D. Miguel Marco, el párroco D. Manuel Urzainqui (Nota: natural de Vidángoz) al que acompañaba el joven P. capuchino Fray Alberto de Vidángoz, el jefe local D. José Recari (Nota: se refiere a la Falange Española Tradicionalista) y todos los señores concejales y los miembros de la Junta de Veintena. Allí estaban con los niños de las escuelas doña Pascuala Abad y señorita Carmen Recari, y muchas personas más de aquel vecindario.

Formose la comitiva con la Cruz parroquial al frente para trasladarse al punto en que se encuentran los depósitos de la nueva traída de aguas donde el Párroco, revestido con capa pluvial, bendijo las instalaciones con el ritual litúrgico en presencia de las autoridades y personalidades antes mencionadas y del vecindario en pleno.

Amadeo Marco, en una imagen de la misma época, inaugurando otra obra en la zona.

A continuación habló el Alcalde señor Maldonado que expresó su alegría por ver realizado el proyecto y agradeció a cuantos habían colaborado en el mismo. Le siguió en el uso de la palabra el Diputado señor Marco que elogió el esfuerzo y tenacidad de los vecinos de Burgui que les ha llevado a la feliz realización de un proyecto que tantos beneficios ha de reportar a la villa y felicitó a las autoridades y al vecindario en nombre propio y en nombre de la Diputación Foral y de su Vicepresidente, cuya representación ostentaba (Nota: la Presidencia de la Diputación Foral recaía en Franco por ser la máxima autoridad). Cerró el acto el Gobernador Civil que, después de elogiar y felicitar a todos, les pidió que siguieran trabajando por laboriosidad y firmeza, en la seguridad de que no les había de faltar el apoyo de las autoridades que, bajo el mando de Franco, se preocupan por el bienestar de todos los pueblos de España.

Las autoridades pasaron a ver las instalaciones y escucharon las explicaciones que sobre las mismas tanto el ingeniero director de las obras, señor Erice, como su ayudante el señor Olaverri les daban. He aquí algunos datos interesantes sobre dichas obras: Proceden las aguas de los manantiales propios: el Miscala y el Aguyo. Hay un caudal disponible de 1.150 litros por segundo siendo la dotación por día de 99.360 litros; dotación por habitante y día corresponde de 150 litros. La longitud de la tubería de conducción es de 2.968 metros con un diámetro de tubería de 50 mm. La capacidad del depósito regulador es de 200.000 litros (Nota: de ser cierta esta información, parece ser que no se redujo la capacidad del proyecto inicial de 1943 fijada en 216 metros cúbicos). La longitud de la tubería de distribución abarca 1.883 m. La tubería es de uralita. Las bocas de riego públicas son 31. Las acometidas a domicilio 151. Tiene la red de saneamiento 2.052 metros.

A las dos de la tarde en la Casa municipal se sirvió una comida oficial para las autoridades e invitados. Servían la mesa, que estaba presidida por el Gobernador Civil y el diputado señor Marco, Alcalde y Párroco de Burgui, dos bellas muchachas ataviadas con el típico traje de roncalesas. Terminado el banquete, el Gobernador Civil y don Amadeo Marco, acompañados por las restantes autoridades, hicieron un breve recorrido por el pueblo, emprendiendo a continuación el regreso, siendo despedidos con las mismas muestras de entusiasmo que a su llegada.

Para que también los niños participaran del júbilo general, hubo un reparto de bolsas de caramelos a todos los niños de las escuelas y a la gente joven, y a cuantos quisieron participar en la fiesta obsequió el Ayuntamiento en la plaza, por la tarde, con pan, queso y vino, continuando la animación y la música hasta el anochecer«.

Otros personajes de la época: Pascualita Abad (maestra), Julián Maldonado (alcalde), Mari Carmen Recari (maestra) y Manuel Urzainqui (párroco).

Casi veinte años después de esta traída de aguas, el 19 de julio del año 1972. figura un escrito del entonces alcalde del Ayuntamiento de Burgui, Martín Urzainqui, a la Comisaría de Aguas del Ebro en el que indica que «este Ayuntamiento ha decidido proceder a la ampliación de la red de abastecimiento pública ya que el caudal que actualmente se disfruta es insuficiente en la época de estiaje, o sea, meses de julio a octubre aproximadamente«.  En el escrito se indica que «estudiadas las posibilidades de obtener un mayor caudal de agua no se encuentra otra solución que tomar agua del río Biniés que baja desde Vidángoz y confluye en el Esca unos cien metros aguas arriba de la población de Burgui». Se solicita un caudal de 100 metros cúbicos diarios con un caudal continuo de 1,15 litros por segundo y un caudal instantáneo de 3,47 litros por segundo. Suplica el alcalde «sírvase conceder a este municipio de Burgui el aprovechamiento de los caudales de agua de que hace mérito procedentes del río Biniés, los cuales serán captados en la desembocadura del mismo«.

Actualmente el depósito de aguas inaugurado en 1953 ya no se encuentra operativo, si bien se mantiene abandonado con las instalaciones de tuberías y llaves completamente oxidadas. En el año 2000 se inauguró un nuevo depósito de aguas de unos 300 metros cúbicos de capacidad en la zona de Las Coseras, sobre la carretera que accede al puerto de Las Coronas. El manantial de Miscala sigue abasteciendo al pueblo, además de la toma directa del río Biniés junto con otra toma de un pozo próximo al barranco de Sebince proyectado en el año 1998 para los momentos en los que el caudal de Miscala resulta insuficiente para abastecer la demanda de consumo de agua de los vecinos de Burgui.

Agradecemos a Josetxo Redín Fayanás la cesión de los documentos técnicos que nos han permitido resumir estos proyectos de abastecimiento de agua, así como a todas aquellas personas a las que hemos recurrido para solicitar información o fotografías, sin cuya colaboración este reportaje no hubiera podido realizarse con tanta precisión y detalle.

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