Tocando las castañuelas…
A veces asociamos en nuestro subconsciente que determinadas piezas o elementos son ajenos a nuestra cultura, que no son cosas de aquí. Un ejemplo muy claro de esto son las castañuelas, o “pitos”. Y eso es un error. Se sorprenderá más de uno al saber que en el Pirineo las castañuelas, y su uso, eran más comunes y habituales de lo que se cree. Y el valle del Roncal no era ajeno a este sonoro elemento.
Hoy traemos hasta aquí la imagen de unas castañuelas de Isaba, talladas en madera de boj, con las iniciales de P.A. (Pedro Anaut).
Pero sépase que en Burgui nos recuerda Pablo Tolosana Turrillas, ya nonagenario, que tocaba “pitos” de piedra, que eran las castañuelas más populares, accesibles a todo el mundo. Pensaban algunos que las de madera solo eran usadas en las familias pudientes.
En las entrevistas etnográficas realizadas en los valles de Roncal y de Salazar algunas personas han puntualizado que los «pitos» (nombre popular de las castañuelas) eran muy habituales hasta antes de la guerra, pero que no eran las familias pudientes las que usaban de madera, sino las familias ganaderas, pues eran piezas que formaban parte de la artesanía pastoril. No valía cualquier madera para hacerlas (normalmente eran de boj y de castaño), y el secreto estaba en saber sacarles un buen sonido.
En el Pirineo aragonés se han llegado a recoger varias parejas de castañuelas («pitos» o «pulgaretas»), que se conservan en el Museo del Serrablo (Sabiñánigo). La mayoría de las que se conservan en Sabiñánigo son bastante más modernas que las que mostramos en esta foto.
Este tipo de instrumentos son lo que en el Alto Aragón denominaban «castañuelas de pulgar» o «pulgaretas», más pequeñas que las «castañuelas de dance», en las que se empleaban todos los dedos. Es muy probable que en el Roncal tuviesen la misma denominación, si bien, Bernardo Estornés recoge en nuestro valle el nombre de «castañeta», y también «pito», «klisket» y «fordela».